-
¿Otra vez, Sara?
El ceño
fruncido del director de mi instituto cernía inevitablemente sobre mí mientras mi
mirada bailaba de la mancha indefinida de su camisa a su frondoso bigote.
-
No podía quedarme de brazos cruzados mientras esa incompetente… -
intenté defenderme hasta que me vi interrumpida.
-
¡Es la cuarta vez en lo que va de mes!
-
Hoy es 30. No es para tanto.
Los labios
apretados de aquel señor calvo como el desierto de Arizona y su mirada directa
y gélida hicieron alarde del poco aprecio que le tenía a mis comentarios
sarcásticos.
-
Lo siento. No he podido evitarlo. No era justo.
Y era
cierto, no era justo. En cuanto vi a mi profesora de inglés reírse de aquel
chico tímido y callado de última fila no pude contener la ira. Aquella odiosa arpía
que llenaba su vacío interior y su falta de amor propio metiéndose con los más
débiles... No era la primera vez que tenía problemas con ella. Ya lo creo que
no. Bueno, últimamente había tenido muchos problemas con muchas personas.
-
Podrías dejar de ir de heroína y centrarte en tus propios estudios.
-
Vamos, Manuel… ¿Estás insinuando que me quede callada mirando el libro
mientras esa estúpida se aprovecha de su poder? – inquirí indignada.
-
Solo te digo que tienes tantas amonestaciones que con ellas Lady Gaga
podría hacerse un vestido. ¡Un vestido largo de noche y con cola! Estabas
avisada y no me queda más remedio.
-
No, no…
-
Lo siento, Sara. Tengo que expulsarte. Y esta vez no es
temporal.
En un golpe
de frustración y rabia me levanté de aquella silla y esquivando algunas
mochilas tiradas en el suelo salí de un portazo del despacho y dejé aquel
instituto de mala muerte como una exhalación. Aún no había acabado mi jornada
lectiva pero, ¡qué más daba! Estaba expulsada. Jodidamente expulsada.
Lo primero que cruzó mi mente fue mi madre. Ella era el único motivo por el que me arrepentía de aquella expulsión. Simplemente no podía llegar a casa y ver su mirada de decepción en cuanto se lo dijera. Ella ya sufría lo suficiente día a día como para que ahora llegara yo a darle un motivo más. No podía fallarle. Y ahora lo había hecho. Siempre había sido una hija dedicada y estudiosa pero nunca había podido controlar esa rabia, ese lado salvaje e inconformista que me consumía por dentro. Quizás la causa era haber nacido sin un modelo paterno y haber crecido sin uno decente. Porque aquel hombre machista y egoísta que vivía en mi casa no se podía considerar modelo para nadie. De algún modo siempre me sentía furiosa e impotente de saber que mi padre había sido un cobarde que había abandonado a mi madre embarazada a su suerte cuando apenas era una adolescente de 18 años. Pero me había criado como una mujer fuerte y sensata y me sentía tremendamente orgullosa de ella. Simplemente se me ponía la piel de gallina al pensar en todo lo que tendría que haber pasado.
Lo primero que cruzó mi mente fue mi madre. Ella era el único motivo por el que me arrepentía de aquella expulsión. Simplemente no podía llegar a casa y ver su mirada de decepción en cuanto se lo dijera. Ella ya sufría lo suficiente día a día como para que ahora llegara yo a darle un motivo más. No podía fallarle. Y ahora lo había hecho. Siempre había sido una hija dedicada y estudiosa pero nunca había podido controlar esa rabia, ese lado salvaje e inconformista que me consumía por dentro. Quizás la causa era haber nacido sin un modelo paterno y haber crecido sin uno decente. Porque aquel hombre machista y egoísta que vivía en mi casa no se podía considerar modelo para nadie. De algún modo siempre me sentía furiosa e impotente de saber que mi padre había sido un cobarde que había abandonado a mi madre embarazada a su suerte cuando apenas era una adolescente de 18 años. Pero me había criado como una mujer fuerte y sensata y me sentía tremendamente orgullosa de ella. Simplemente se me ponía la piel de gallina al pensar en todo lo que tendría que haber pasado.
No tenía ganas
algunas de llegar a mi casa y encontrarme con el despreciable novio de mi madre
así que me dirigí al colegio de mi hermana. Era lo único bueno que había salido
de aquella relación, Nora. Tenía 6 años y no se parecía nada a su hermana. O
hermanastra. Según mi madre, mi pelo era como una bola de fuego y el de mi
hermana era como una cascada de oro. Yo era aquella chica alta de melena larga
ondulada y roja, ojos oscuros y piel ligeramente bronceada. Mientras que Nora era pálida, de ojos azules
y con el pelo tan rubio y liso como una Barbie. Llegué a su pequeña
escuela primaria y me senté en el césped, bajo un árbol, a esperar a que
saliera. Me puse los auriculares dejando que The Kooks inundara mi cabeza
una vez más. Al cabo de una hora mi pequeña hermanita, como cada día, corría
hacia a mí desde la puerta con su mochila con forma de flor sonriente. Sonreí
por primera vez en el día. Cogí en brazos a Nora y le di un beso en la mejilla.
-
Hola, preciosa. ¿Qué tal el día?
-
¡Sara! La seño me ha puesto una estrellita por haber hecho tan bien
los deberes – dijo mostrando su sonrisa orgullosa.
-
Muy bien, pequeña.
Le besé la
coronilla.
-
Y tengo un nuevo novio – anunció mientras jugaba con los rizos de mi
cabello.
-
¿¡Qué!? ¿Cómo es eso? Espero que se porte bien contigo.
-
Sí, sí. Es el más guapo de la clase. Aunque tiene otra novia.
-
¡Cómo! – exageré.
-
Pero no te preocupes, me ha dicho que a mí me quiere un poquito más.
-
Ah, vale. Entonces podemos estar tranquilas.
Sonreí
divertida. No cambiaría esas conversaciones con mi hermana por nada del mundo.
No podía posponer más la llegada a casa así que caminamos hasta aquel sexto piso sin ascensor. Cuando entramos en nuestro pequeño viejo apartamento en el centro de la ciudad nos encontramos la misma escena de cada día: Jon, el indeseable padre de Nora, tirado en el sofá, viendo la tele con una cerveza en la mano. Ni siquiera se molestó en decir una palabra cuando nos vio llegar. A mí me odiaba tanto como yo lo odiaba a él. Y por Nora no se preocupaba lo más mínimo. Dudaba que conociera siquiera cuál era su color favorito, cuál era la escuela a la que iba, que le encantaba el country como a mí o que le tenía miedo a la oscuridad.
No podía posponer más la llegada a casa así que caminamos hasta aquel sexto piso sin ascensor. Cuando entramos en nuestro pequeño viejo apartamento en el centro de la ciudad nos encontramos la misma escena de cada día: Jon, el indeseable padre de Nora, tirado en el sofá, viendo la tele con una cerveza en la mano. Ni siquiera se molestó en decir una palabra cuando nos vio llegar. A mí me odiaba tanto como yo lo odiaba a él. Y por Nora no se preocupaba lo más mínimo. Dudaba que conociera siquiera cuál era su color favorito, cuál era la escuela a la que iba, que le encantaba el country como a mí o que le tenía miedo a la oscuridad.
-
Hola, papá – dijo Nora sin esperar respuesta.
Yo solía
pensar que ella se había acostumbrado a tener un “padre” ausente y nunca
trataba de acercarse a él demasiado. Ninguna de las dos habíamos conocido otra cosa.
Odiaba a ese hombre con todo mi ser por cómo trataba a mi madre y por haberle privado a Nora de tener un modelo paterno decente que la quisiera. Estaba bastante segura de que él también habría salido corriendo en cuanto dejó embarazada a mi madre si no fuera porque él no tenía nada y mi madre le pagaba las facturas. Por algún motivo, ella no parecía verlo y se limitaba a decirme que lo quería cuando le rogaba que lo echara de casa de una vez.
Ella a esas horas estaba trabajando así que, esquivando la basura que había dejado aquel desgraciado tirada, me precipité hacia la diminuta cocina a preparar algo de comida.
Mi madre trabaja limpiando casas. Servía todas las mañanas a una familia adinerada, los Alba, que seguramente ni siquiera conocían lo que era sudar por llegar a fin de mes. Por las tardes, trabajaba en un pequeño supermercado de cajera. Yo, para ayudar en la casa con los gastos, solía dar clases particulares algunas tardes de cualquier asignatura que me propusieran. Pero ahora que había sido expulsada dudaba que las madres dejaran entrar en su casa para ayudar a su niño a una “descarriada”. En cuanto se corriera la voz, estaba bastante segura de que muchas familias dejarían de llamarme. Y era lo último que me faltaba.
Odiaba a ese hombre con todo mi ser por cómo trataba a mi madre y por haberle privado a Nora de tener un modelo paterno decente que la quisiera. Estaba bastante segura de que él también habría salido corriendo en cuanto dejó embarazada a mi madre si no fuera porque él no tenía nada y mi madre le pagaba las facturas. Por algún motivo, ella no parecía verlo y se limitaba a decirme que lo quería cuando le rogaba que lo echara de casa de una vez.
Ella a esas horas estaba trabajando así que, esquivando la basura que había dejado aquel desgraciado tirada, me precipité hacia la diminuta cocina a preparar algo de comida.
Mi madre trabaja limpiando casas. Servía todas las mañanas a una familia adinerada, los Alba, que seguramente ni siquiera conocían lo que era sudar por llegar a fin de mes. Por las tardes, trabajaba en un pequeño supermercado de cajera. Yo, para ayudar en la casa con los gastos, solía dar clases particulares algunas tardes de cualquier asignatura que me propusieran. Pero ahora que había sido expulsada dudaba que las madres dejaran entrar en su casa para ayudar a su niño a una “descarriada”. En cuanto se corriera la voz, estaba bastante segura de que muchas familias dejarían de llamarme. Y era lo último que me faltaba.
-
Espero que prepares algo bueno, niña. Tengo hambre – espetó Jon.
-
No te preocupes, no pienso hacerte la comida a ti.
-
Estúpida niñata… Pienso hablar con tu madre en cuanto vuelva…
-
Sí, hazlo, por favor. ¿Qué te apetece comer, Nora? – dije ignorándolo.
Intentaba no insultarlo y contenerme delante de mi hermana.
Nora
correteó hasta mí y se puso la mano en la barbilla en posición pensativa.
-
¿Espaguetis? – propuso.
Abrí la despensa
y tan solo había algunos paquetes de pasta, pizzas de microondas y fideos de
bote. Alargué la mano hasta el paquete de espaguetis de marca blanca.
-
¡Como la señorita desee!
Jon
malhumorado cogió algo de dinero que sin duda era de mi madre y dijo que se
largaba al bar. Al menos no tendría que soportarlo mientras estuviera fuera.
Llené dos platos de pasta con tomate y guardé otro para cuando mi madre llegara de trabajar mientras mi hermana ponía la mesa. Le llené el vaso de agua y me di cuenta de que me miraba fijamente.
Llené dos platos de pasta con tomate y guardé otro para cuando mi madre llegara de trabajar mientras mi hermana ponía la mesa. Le llené el vaso de agua y me di cuenta de que me miraba fijamente.
-
¿Qué pasa?
-
¿Puedo sacar unos gusanitos también? ¡Por favor, por favor, por favor!
– suplicó sonriente.
-
Está bien. Pero no se lo digas a mamá.
Nos comimos
los espaguetis de la forma más peculiar – y sucia – posible y no dejamos de
hablar durante toda la comida. Mi madre solía decirnos que nunca se nos
acababan las pilas a la hora de hablar. Pero nuestras comidas familiares,
aunque a veces solo fuéramos las dos hermanas, eran uno de mis momentos
favoritos del día. Tan íntimas, divertidas, acogedoras y agradables. Siempre
que no apareciera Jon, claro.
Al cabo de
dos horas, Nora y yo estábamos bailando en el cuarto que compartíamos al ritmo
de Taylor Swift. Ella era una de nuestras pasiones comunes. Me encantaba ver la
sonrisa de mi hermana mientras saltaba sobre la cama y cantaba inventándose la
mitad de las letras de las canciones que no recordaba. Incluso I’m only me
when I’m with you se había convertido en nuestra canción. Y era cierto que “éramos
dos niñas en este loco mundo tratando de descifrar lo que era cierto o no, y no
intentábamos ocultarnos nuestros miedos, y nadie me entendía como ella, y todo
lo que necesitaba estaba aquí a mi lado, y yo lo sabía todo de ella y ella todo
de mí, y yo no quería vivir sin ella, y sólo estaba arriba cuando ella no
estaba abajo, y no quería volar si ella todavía estaba en el suelo. Y yo sólo
era yo cuando estaba con ella”.
Era bien entrada la tarde. Jon no había vuelto y yo ayudaba a la pequeña con sus deberes cuando llegó mi madre. Nora se levantó rápidamente de la silla y corrió a sus brazos.
Mi madre, con su uniforme de cajera y el rostro cansado, parecía más vieja de lo que era. Pero en cuanto sonrió me di cuenta de lo bella que era a sus 36 años y no lograba entender cómo se conformaba con ese estúpido arrogante que tenía de novio.
Tragué saliva.
Era bien entrada la tarde. Jon no había vuelto y yo ayudaba a la pequeña con sus deberes cuando llegó mi madre. Nora se levantó rápidamente de la silla y corrió a sus brazos.
Mi madre, con su uniforme de cajera y el rostro cansado, parecía más vieja de lo que era. Pero en cuanto sonrió me di cuenta de lo bella que era a sus 36 años y no lograba entender cómo se conformaba con ese estúpido arrogante que tenía de novio.
Tragué saliva.
-
Hola, mamá. Tenemos que hablar.
-
Oh, no... Hija, ¿qué ha pasado?
Le dijimos a
mi hermana que volviera a sus deberes y se lo conté todo. Le expliqué lo
ocurrido aquella mañana intentando no mirarla a los ojos y tan solo escuché un
suspiro cuando acabé.
-
No me lo puedo creer. ¿No lo entiendes? ¡Has sido muy irresponsable!
¡Tienes que aprender a controlarte! ¿Qué dirá tu hermana cuando se entere de
que has sido expulsada? ¿Y las madres de los alumnos a los que das clase?
Agaché la
cabeza. Y la dejé seguir hablando.
-
Pediré matrícula en el único otro instituto que hay en la ciudad. Y
espero que esta vez no lo estropees.
-
Lo siento, mamá.
Mi madre me
miró con esos ojos claros que había heredado Nora y suavizó la mirada ante mi
expresión arrepentida. Se acercó a mí y me abrazó.
٭٭٭
-
Marco, ha sido increíble. ¡Genial, tío!
Incluso
cuando salí del vestuario continué escuchando los vítores y felicitaciones de
algunos compañeros y animadoras por el entrenamiento de hoy. Estaba preparado
para la temporada. Más que preparado. Pensaba ser el mejor quarterback que
había pisado aquel instituto y por supuesto cerrar la boca de Abel, aquel
capullo receptor. Instantes después de esbozar esa sonrisa que tan ensayada
tenía, pronunciar algunos “gracias” y chocar algún puño, unas manos me taparon
los ojos por detrás y unos labios comenzaron a recorrer mi cuello.
-
Claudia.
-
Por supuesto.
Me giré para
verla y ella comenzó a restregar su cuerpo contra el mío con esa mirada rasgada
y glacial que tenía. Llevaba su pelo rubio platino tintado recogido en una
coleta y el uniforme rojo y corto de animadora.
-
¿Vamos a mi casa luego y celebramos que eres el mejor quarterback de
la liga? – dijo insinuante comenzando a hacer círculos sobre mi pecho con su
dedo índice.
-
Hoy no puedo, Claudia. Tengo que recoger a Max del taller. Nos vemos
mañana.
Le di un
impetuoso beso y caminé rápidamente hacia el aparcamiento del instituto. Mi
Jeep Commander negro me estaba esperando aparcado en el mejor sitio del lugar.
Aquel coche me gustaba. Lo veía grande y poderoso como yo. Pero la joya de mis
ojos era, sin duda, Max y estaba exultante de que hoy por fin pudiera tenerlo
de vuelta.
Hoy estaba resultando un día genial. Todo andaba sobre ruedas en todos los ámbitos, como debía ser.
No podía quejarme en general de mi vida. Era un chico afortunado. Había nacido en una familia adinerada y era hijo único, por lo que era el niño mimado de mis padres. Era suficientemente inteligente como para sacar las notas más altas de la clase sin apenas esfuerzo. Tenía amigos por todas partes, aunque la mayoría resultaran siendo conocidos, y era respetado y admirado por todo el instituto. Además era atractivo y tenía un físico perfecto de quarterback: grande, musculado y atlético. Y era consciente del efecto que esto causaba en las mujeres, por supuesto. Aunque últimamente me había visto reducido a Claudia. No es que me gustara especialmente, pero de cara al baile de invierno debíamos estar juntos. Ella era la capitana del equipo de animadoras, por lo que a los ojos de todos estábamos obligados a ser la pareja perfecta. Claudia era delgada, de estatura media y muy guapa. Sin embargo, me aburría. Aunque eso no quisiera decir que de vez en cuando no me divirtiera con ella, solos en casa. Por otra parte, mi madre la odiaba. Nos había sorprendido alguna vez demasiado “fogosos”, como ella decía, en el sofá del comedor y había manifestado abiertamente lo que pensaba de ella.
Al final del día, por fin tenía a mi querido Max aparcado en el garaje de mi casa. Se podría decir que ese Mustang rojo descapotable del 67 era mi posesión más preciada. Adoraba ese coche y ahora que estaba de vuelta no podía pedir nada más. Nada podría arruinarme esta semana.
Hoy estaba resultando un día genial. Todo andaba sobre ruedas en todos los ámbitos, como debía ser.
No podía quejarme en general de mi vida. Era un chico afortunado. Había nacido en una familia adinerada y era hijo único, por lo que era el niño mimado de mis padres. Era suficientemente inteligente como para sacar las notas más altas de la clase sin apenas esfuerzo. Tenía amigos por todas partes, aunque la mayoría resultaran siendo conocidos, y era respetado y admirado por todo el instituto. Además era atractivo y tenía un físico perfecto de quarterback: grande, musculado y atlético. Y era consciente del efecto que esto causaba en las mujeres, por supuesto. Aunque últimamente me había visto reducido a Claudia. No es que me gustara especialmente, pero de cara al baile de invierno debíamos estar juntos. Ella era la capitana del equipo de animadoras, por lo que a los ojos de todos estábamos obligados a ser la pareja perfecta. Claudia era delgada, de estatura media y muy guapa. Sin embargo, me aburría. Aunque eso no quisiera decir que de vez en cuando no me divirtiera con ella, solos en casa. Por otra parte, mi madre la odiaba. Nos había sorprendido alguna vez demasiado “fogosos”, como ella decía, en el sofá del comedor y había manifestado abiertamente lo que pensaba de ella.
Al final del día, por fin tenía a mi querido Max aparcado en el garaje de mi casa. Se podría decir que ese Mustang rojo descapotable del 67 era mi posesión más preciada. Adoraba ese coche y ahora que estaba de vuelta no podía pedir nada más. Nada podría arruinarme esta semana.
-
Cariño, no te comas también el plato.
Mi madre me
miró dejando escapar una risilla mientras me veía devorar la cena.
-
Veo que has entrenado duro hoy – prosiguió.
-
Como debe ser – dijo mi padre.
-
Sí, ha estado bien.
Nunca
hablaba demasiado con mi familia. Nunca sabía de qué hablar con ellos y a veces
las comidas resultaban un poco frías. En ocasiones pensaba que aunque estaban
físicamente conmigo, su mente estaba muy lejos. Era como si nunca descansaran
de trabajar y vivieran en constante preocupación. Pero suponía que era lo
normal, nunca había conocido otra cosa.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Muchas cosas que decir y poco tiempo. Veamos, antes que nada agradeceros infinitamente a los que estéis leyendo y a los amores que me han seguido sin ni siquiera haber publicado un capítulo. Significa mucho que creáis en mí, de verdad. Muchísimas gracias.
Y, bueno, tan solo es el primer capítulo pero espero que os gustara. Paciencia para los siguientes, por favor. Sara está con el IB hasta arriba, pero intentaré publicar lo antes posible.
¿Por qué he publicado precisamente hoy? Me gustan los 2, los 13 y los 14. Hoy es 14. No tiene ninguna lógica y debo ir a dormir. (En realidad, atentos esas fechas porque es más probable que suba o quizás cuando haya ese número de comentarios... Me gustan ese tipo de estupideces ilógicas).
Espero que comentéis y os unáis y me hagáis sonreír una vez más. Feliz semana, o lo que queda.
Y como siempre, me gustó, se ve que promete muchísimo esta novela, no es la típica niña que sufre por todo, si no que es una guerrera total, he de suponer que habrá algún romance en entre Sara y Marco, no?
ResponderEliminarPd: Estaré atenta a esas fechas ilógicas, pero para mí son especiales porque quizás publiques algo.
¡Muchas gracias, Claudia! Ya sabes cuánto aprecio tus palabras. Y no desvelo nada, aunque sea obvio juju ¿Sabes que me encantan tus comentarios? Supongo que sí, no es la primera vez que te lo digo. ¡Pero es verdad! Infinitas gracias, Claudia.
EliminarAy, Sara ): te quiero pedir un ENORME favor ):
ResponderEliminarMira lo que pasa es que yo siempre leo desde mi celular, y las letras no contrastan muy bien entonces no se ve :c y no puedo forzar mi vista, porque ya soy piti ><. Así que eso, por favoooorrrrrr ><.
Un beso!
Por supuesto, Cami. No te preocupues. Pero necesito que seas más específica. ¿Qué quieres que cambie exactamente? Dímelo y lo hago, claro. Gracias por leerme, en serio. Lo aprecio mucho.
EliminarSara amiga... Te he seguido jajajajaja... y al haber leído tu primer capítulo de tu nueva aventura... no he podido evitar sentirme ansiosa sobre cual será el rumbo que tome esta nueva aventura C: Eres Grandiosa y que no te quepa duda de que estaré aquí por siempre... leyendo cada una de tus historias, y fundiéndome en cada uno de tus capítulos... sé en mi corazón que llegarás a ser una gran escritora... y sobre todo lo sé porque cada palabra que tecleas lo haces con tanto amor y cariño que es inevitable no sentir eso al leerlo, así que bueno.... te felicito enormemente por este nuevo comienzo y que sepas seré fiel a esta aventura tanto como lo fuí a la anterior.
ResponderEliminar¡Síiiiiiiii, me sigue Camila! ¿Por qué siempre me dejas unos comentarios tan geniales y tan perfectos? ¡Que me emociono! Porque los adoro con toda mi alma. Muchísimas gracias por leerme, seguirme y regalarme tus hermosísimas palabras que significan tanto para mí. Gracias por todo, Camila, de verdad. No sé cómo agradecerte suficiente...
Eliminarsaraaaaaaaaaaaaa! hola denueeevo diosa! soy feliz feliz feliz feliz! me hacés felz! amo esto, tengo una enorme sonrisa en la cara! un abrazo enorme linda! publica lo antes posible! te sigo a donde vallaaaaaaas!
ResponderEliminarJuli G
¡Mi querida Juli! Tú si que me haces feliz, infinitamente feliz. ¡Eres maravillosa, maravillosa, maravillosa! Podría casarme con tus comentarios. Muchísimas gracias, pero cuando digo muchísimas es un muchísimo ENORME. Lo significa todo, Juli.
EliminarEsto es genial, simplemente genial porque no tengo idea de que va a pasar y quiero leer mas, sigueeeeee!!! Sí, no tengo mucho que decir, es el inicio, pero se que esta novela es perfecta :D
ResponderEliminar¿Genial? ¡¿Genial?! Genial tú y tus comentarios, Noni. Sigo lo antes posible porque simplemente lo merecéis. Gracias por todo lo que haces por mí, Noni. Significa muchísimo.
Eliminarohhhhhhh no tengo palabrrrras simplemente me encantooooooooooooooooooooooo ya quiero ver los otros tu erers una cajita de sorpresas sara, publicapntroooooooooooooo
ResponderEliminarDari, como siempre eres increíble. Adoro mucho cada palabras tuya, de verdad. Gracias por todo.
Eliminarholaa, te he leido y sigo leyendo tu otra novela ;alejate de mi , por favor.
ResponderEliminarY aunque he leido no comento , pero he tenido que hacerlo me encanta tu forma de escribir y es que con alejate de mi , me haz hecho llorar, reir , sonreir, enfadar, odiar, amar y hasta enloquecer de tal forma que mi cuerpo sufria multiples espasmos mientra leia y ahora mientras leia tu nueva "aventura" no he podido evitar comerme las uñas y jalarme de los pelos al descubrir que no habia mas para seguir leyendo( he tenido que leer todos los comentarios para poder saciarme ,:B)
Espero con ansias el proximo.
AH por favor si puedes podrias pasarte por mi blog , yo tambien escribo y me gustaria tener tu opinion que para mi es como la opinion de un profesional.
http://wwwletrasqueformanhistorias.blogspot.com.es/p/prologo.html
TE LO AGRADESCO Y ERES LA MEJOR
SIGUE ASI Y PUBLICA PRONTO >3<
¡Hola, Alejandra! No te imaginas cuantísimo significan tus palabras para mí. Te estaré agradecida por este comentario infinitamente... Gracias, gracias, gracias, gracias. Y por supuesto que me paso, pero ya. ¿Profesional? Lloro, eh, ¡lloro! De verdad, gracias con todo mi corazón.
EliminarSara, mi querida Sara.. Te he estado leyendo desde 'Alejate de mi' Y ¿que te digo? es simplemente perfecta tu evolución en la manera de escribir, que perfecto.
ResponderEliminar¿Podrías subir rápido? Seria .. maravilloso.
Millones de gracias por leerme siempre y pensar así. Ya sé que no fui rápida. PERDÓN. Me avergüenzo. ¡Lo compensaré! Gracias por todo, y por la paciencia.
EliminarHOLAAAA SARA! Como siempre,quiero contarte,todo lo que me paso apenas leí tu capitulo.Estoy emocionada,no se porque,o no tengo mucha idea,pero lo estoy.Es que todos tus capítulos son espectaculares, únicos,ya se que voy a enamorarme de esta novela.Me metí en otro mundo,tratando de imaginarme todo,paso a paso,TODO.Fue genial.
ResponderEliminarPresiento que voy a tener un nuevo amor platonico,Marco.Que lindo nombre,me lo imagino a lo Zac Efron en 17 otra vez,I don't know why.Pero Sara,me cae genial,las actitudes que tienen.
Ya,me estoy imaginando todo,quiero que publiques cuanto antes,pleeease!
Esta genial esta novela,y ya sabes,me tienes aca.Leal,como siempre.
Exitos♥ (Jujee)
¡Jujeeeeeeeeeeeeeeeeeee! Tus palabras son algo así como un sueño y no puedo amarlas más. Gracias por ser leal, y preciosamente encantadora, e increíble y... Asdfghjkl te lo agradezco muchísimo y espero que a estas alturas ya lo sepas. Te deseo lo mejor, mi querida Juje. ¡No me dejes nunca!
EliminarBonjour.
ResponderEliminarSoy nueva en esto pero lo que he leído ha sido entretenido. Ojalá publiques mas seguido. Marco me encantó y la hermana de Sara igual.
Te entiendo con respecto a lo de BI yo también estoy en ese programa y cambia tu percepción sobre todo, me gustan mucho las clases de Lengua y Literatura (por los libros que leemos) y Mate HL (está buenísimo); aunque yo ya voy a salir ;)
Au revoir.
¡Bienvenida, Pao! Hey, ¿tú también en la secta BI? Yo soy de letras total y adoro mis HL. Son Inglés, Literatura y Latín (mi dulce tortura cruel, dicen que es la única asignatura a la altura de Mates HL jajajaja somos solo dos en todo el programa, oh sí). ¡Espero que tengas tus 45 puntos, por lo menos! :) Muy buena suerte. Muchísimas gracias por leerme y comprenderme. Infinitamente agradecida.
EliminarSara!! Amo esta historia, este capitulo me encanta, lo mejor que se contarán de ambos lados :3 Espero que publiques pronto. Siento que la relación entre ambos será interesante sobre todo si se desarrolla como espero... Cuídate y Éxito en el BI (me supongo es algo escolar). Mis mejores deseos para estas fiestas.
ResponderEliminarKelly C.
Kelly, Kelly, ¡Kelly! Gracias por leerme siempre, eres un amor muy adorable. Y sí, BI = International Baccalaureate, o también conocido como la tortura del hexágono místico (bromas BI jajaja). Espero que sigas comentando para siempre jamás. Gracias por todo.
Eliminarwooooooow!!!!! me encanta tu blogs... espero q escibas pronto cn solo este capitulo ya quiero sber maas!!!! xfa no dejes de publicar creo q va a ser una muy buena historia y te deseo mucha suerte cn la novela anterior me quede impactada espero q sigas asii.
ResponderEliminarNo sé tu nombre, pero gracias querido Anónimo. Me encantan tus palabras, como ni te imaginas. Gracias con todo mi corazoncito por regalarme algo de tu tiempo para comentar. ¡Espero no decepcionarte!
EliminarSara... Ya ha pasado mucho tiempo... mas de un mes y medio... Dónde estás?!! :cc Necesito tus historias... Espero estés bien y Acuérdate de nosotros :cc
ResponderEliminarCami, no me odies. Recuerda que te querré eternamente por tu increíble paciencia y el amor que me confieres a pesar de todo.
EliminarSara!!!! xfa publica pronto...estoy desesperada x saber mas de esta nueva historia que estas escribiendo... espero que publiques pronto... te kiero aunqe no te conosca ;) vuelve xfa!!!!
ResponderEliminarRomhii, perdón. De veras. Perdón. Gracias por tus palabras y por tu paciencia. Yo también te quiero sin conocerte, simplemente por regalarme estas palabras.
EliminarBFFL, ya, por favor, publica. Muero de curiosidad por saber que pasará. ILY.
ResponderEliminarTania guapa.
EliminarSAARAAA! Hace mucho que no te comentaba pero era porque no habia revisado el blog x_x me desconecte de "Alejate de mi" por varios meses. Te imploro que me perdones y espero que no te hayas olvidado de mi :S. La buena noticia es que ya revise y ya lei el epílogo y todo, hasta leí este primer capitulo y ya estoy pensando muchísimas cosas acerca de esta misteriosa historia x)
ResponderEliminarQuisiera darle una ovación a "Aléjate de mí", fue i n c r e i b l e seguir esa historia de principio a fin... me encanto ♥ ¡Qué manera mas original de terminarla! Mil felicitaciones :')
Ahora vienes con esta nueva historia :D En cuanto llegues a publicar tu primer libro ten por seguro que lo comprare sin dudar! Me gustan tus historias, ésta se ve prometedora así que te seguire con esta historia de nuevo, de principio a fin. Gracias por darme algo diferente que leer. Sigue publicando! Att. Pamela :D
¡Pame! Te echaba de menos, pero no te preocupes. Te comprendo. Te imploro que me perdones tú a mi por tardar tanto en subir capítulo. Y luego, tanto solo quiero que sepas lo agradecida que te estoy y lo que significan tus palabras para mí... Gracias con toda mi alma, Pamela. Eres un sueño, te adoro. Gracias por creer en mí. No me dejes, por favor, jamás.
Eliminar